lunes, 9 de marzo de 2009

Proyectos


Proyectos de la ciudad de las personas. Proyectos grandilocuentes, para alcanzar la modernidad, fin último que sacará del pertinaz atraso a la ciudad dormida. Sueños de la razón. Edificios enormes para proyectar su sombra, entre cajas destempladas y soles eclipsados. Sombra de la que brotan las setas brutas, aplastando al transeúnte. Necesidad de lo superfluo. Reuniones y fotos, abrazos y estrechar de manos, crujir de dientes. Primeras piedras, fundaciones sobre la nada. Dominio de las alturas y del subterráneo, para no caminar por la ciudad cotidiana donde aciertan todos los dardos. Miedo al paseo, que hay prisa por ir a ninguna parte. Arte de birlibirloque, estrambote que remata magnos proyectos sobre una pantalla blanca. La nada cuando se encienden las luces. La ciudad que todo lo soporta: capital sin capital, administración mal administrada, casa de los poetas, que rima con jeta, donde el verso suelto es agarrado y el blanco se oscurece en palabras torcidas escritas por ningún dios. Barro & Co, que enfanga la línea curva, camino recto en la ciudad de las siete revueltas que da la vida, para acabar en el mismo sitio. Puro Lampedusa. Retruécano que intercambia los términos, donde obras son sofocones sin razones que no llegan a buen puerto. Donde acuario sigue siendo signo zodiacal; la torre se enroca para evitar su jaque mate; las setas y losetas compiten en mal gusto por moderno; Santa Oscura se cae a pedazos sin luz ni taquígrafos; lo nuevo no se termina y lo antiguo se acaba, ilógica arqueo. Lo provisional es para toda una vida, pesadilla contigo. Que la realidad no te estropee un buen proyecto inacabado. No-do gordiano. ¿Para qué vamos a arreglar el día a día si podemos estropear el futuro?

6 comentarios:

  1. Pudiendo levantar torres y setas, ¿para qué acabar con el botellón y la delincuencia? Olé por tu entrada

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  2. Eso sí, hay un proyecto, otro más, de botellódromo. ¿Habría uno de delincuenciódromo?

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  3. Además de estar de acuerdo contigo, debo confesarte que me alucina (siempre te digo lo mismo, es lo que hay si escribes así) tu forma tan deslumbrante de escribir. Me quito el sombrero, de verdad lo digo.

    Un abrazo.

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  4. Muchas gracias Juanma. Viniendo de quien vienen, esas palabras me honran. Un abrazo.

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  5. Ahí quien va llamando a este futurible (como tantas cosas en Sevilla) "El Pepino". Se aceptan otras sugerencias de bautizo... (el señor Ávila, como siempre, clavando sus entradas)

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