lunes, 30 de marzo de 2009
Santa Semana: La llamada
Por la calle del político orador viene una cofradía de ruán y negro. Tranquilidad y sosiego, momento elegido; la bulla para los jardines del pintor concepcionista. Fácil ir al encuentro de las imágenes. Se acerca el paso. De repente, politono cofrade, algo así como Bulería en San Román, que suena a burlas de cornetas en el silencio de la noche. Mirada de reproche, y el aludido que ni se inmuta, botón verde que descuelga y conversación para mayores sin reparos. Paso que avanza, huida hacia delante, alivio estético que muda la cacofonía, paso de mudá para acompañar a la imagen. Pero, por eso lo llaman móvil, conversación que sigue tus pasos, añoranza del teléfono de góndola que ataba en corto receptor y emisor. Martillo que suena y para, y el tuyo, con su yunque, que sigue recibiendo un cincuenta por ciento de información:
-Que sí, que te recojo.
....
-A las 10:30. Que no, que no llego tarde.
....
-Pero, ¿estáis todos?
...
-Yo sí, solo.
....
Fragmentos de estulticias que enturbian la bella estampa.
Paso detenido, tres golpes de llamador, y el llamado que no se inmuta. Voz del capataz, y uno, haciéndose eco, que se vuelve hacia el desaprensivo. Mirada de frente, cara con cara, palabras justas, y le espeta:
"La llamá la quiero más corta"
Lo cortés no quita lo valiente. Paso que se pierde en la esquina, móvil que se apaga, sinfonía perfecta para el momento: Silencio en Castelar.
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Buena entrada.
ResponderEliminarTe visito desde el Cuaderno de Cotta.
Yo también soy Licenciado en Historia, pero General.
De los que no sabemos de nada.
Un abrazo y buena entrada, repito, real como la vida misma.
Bienvenido, tocayo. Bueno, en historia casi nadie sabe de nada, o casi todos sabemos de poco. Un abrazo.
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