viernes, 16 de octubre de 2009

Estupefacto


La capacidad de asombro no conoce límites. Algunos se llevan las manos a la cabeza. Esto es inaudito, proclaman. Quizás aquellos que, por ingenuidad o desconocimiento, apuestan por el tópico de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Émulos de Raphael gritan un escándalo desgarrador. Entre gúrteles y mercasevillas, regalos y componendas, "quosque tandem abutere?", y Cicerón se enriquecía con la especulación inmobiliaria. Pero claro, entre bigotes y pipas hay como una pátina de vulgaridad, horterismo que no tiene la grandeza arqueológica; y no es lo mismo. Emisoras, televisiones, diarios, hablan y pregonan; siguen la técnica del embudo, abren grandes bocas en un oh denunciante, mientras que con la boca pequeña amonestan a unos de los suyos. Pajas y vigas, consignas para los convencidos, cada vez menos, esos rostros enmascarados con la sonrisa entusiasmada que agitan una banderita. Cansa tanto...
Al otro lado del charco uno que fue diez, con forma de cero, convida al sesenta y nueve. Un dios parlante siempre se vuelve odioso.
Pero aún hay capacidad de asombro. Cuánto que agradecer a esos informativos, que son capaces de despertar, antes de la predicción del tiempo en este otoño uniforme, de la sonnolencia a un koala narcotizado. Sí, no hay nada como escuchar que una ilustre, tan ilustrativa de unos tiempos pretéritos y presentes como Carmen Martínez Bordiú, ha sido premiada como la "Mujer Menopáusica del año". Sí, como lo leen, hay un premio por eso. Además, con su preclaro verbo señala la justísimamente premiada, "la vida no se acaba con la menopausia". Frase lapidaria, que levanta un olé exclamativo, con la que expresa toda una filosofía de vida. La menopáusica del año, la mayorpáusica del año, qué menos; que igual te baila con gracia sin par, que acude solícita a uno de esos programas para entre páusica y páusica publicitaria engrosar una cuenta por vivir del cuento, porque la vida no se acaba con la menopausia.
Afortunado aquel que aún conserva la capacidad de asombro.