viernes, 29 de mayo de 2009

Héroes discretos


Triunfos y celebraciones con las que combatir la mediocridad reinante. En los últimos años surgieron, como se dice ahora en metáfora vegetal, brotes verdes deportivos, asideros en tiempos de privaciones con los que combatir el naufragio. Cuando lo mediático se ha convertido en referencia que genera una imagen distorsionada, impactos momentáneos que nos desvían del bosque del análisis, de pronto, unos cuantos privilegiados con dones excepcionales muestran la excelencia en sus acciones, pero la discreción en sus palabras, el gesto elegante, la callada por respuesta. Qué diferencia con el vociferante grito, la llamada de atención del reclamo inmediato, fulgor que destella y tras el que no queda nada. Tan acostumbrados nos hemos vuelto a los mensajes luminosos, neón cegador para distraernos mientras nos roban la cartera, que la serenidad, timidez, deportividad y buenas maneras de los elegidos, que triunfan sin humillar, son un bálsamo que nos devuelve la esperanza. No todo es ruido, no todos son voces estentóreas, y se puede imponer el susurro insinuante con seductor ritmo. Cuánta grandeza demuestra el tenista que combate con furia sudorosa y que, acostumbrado a la victoria con sabiduría, reposa una mano amiga en el hombro de su contrincante derrotado. Qué grato ver al gigante sereno que destaca entre el brillo de las estrellas sin exhibiciones horteras. O cómo no emocionarse con la elegancia de la gacela que se desliza por la pradera de césped rojiblanco, dominando con precisión cartesiana un escurridizo esférico y, con gesto medido, señala con dos estilizados índices al cielo cuando celebra uno de sus goles. Por no decir de los dos pequeños genios azules y granas que han dado una bofetada sin mano al gesticulante y caprichoso divo, ídolo de masas, con la pericia del prestidigitador, mientras los focos seguían la belleza hortera.
Héroes discretos, elegidos por los dioses, que hacen de la virtud silenciosa el mejor aliado del triunfo y la gloria.

4 comentarios:

  1. hemos visto esnifar la banda, mear como un chucho el banderín, hacer la cucaracha, el trenecito, el robot ...pero nada como un gesto respetuoso de agradecimiento a Dios sabe quién...

    Emilio Butragueño marcó época... cada vez que veo a los jugadores del Cádiz felicitándolo por aquel golazo me emociona el fútbol...

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  2. En esta vida hay que ser discreto hasta para meterla. Vamos, meter la bola en el arco.

    Lo demás, es vulgar. Pero bueno son niñatos.

    Un fuerte abrazo.

    Eres mi cruz, no me hables del Cádiz, que se me ponen los pelos de "putas".

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  3. Ay, ese gol lleno de grandeza y elegancia. Y eso que uno no es que tuerza mucho por ese equipo. Pero, claro, imaginar que esa actitud y aptitud la puedan tener un Guti o cualquiera de esos más preocupados por atusarse la melena, o mostrar su ilustrado brazo... Amigo "mi cruz" usted que es un clásico recordará aquel gol de Bertoni a Urruti en el que el portero fue a felicitar al argentino.
    Javier, enhorabuena por lo de tu Cádiz, a ver si en un año celebráis otro ascenso.

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  4. Lo veo dificil, muy dificil.

    Prefiero quedarnos aqui un ratillo largo y hacer resucitar a Mágico y a Irigoyen.

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