lunes, 8 de junio de 2009

Premios


Con frecuencia descubres en la prensa la convocatoria o concesión de cientos de premios. Los hay de todo tipo, literarios, deportivos, de famoseo, prestigiosos y desprestigiados, para noveles y nobeles. Algunos te interesan, otros los desechas nada más ver la nómina de premiados. Los hay que se convierten en galas insufribles. Pero no vas a hablar de ésos hoy. No, hoy toca hablar de una práctica cada vez más extendida, que es la concesión del premio de rima consonante. Así, han surgido numerosos especialistas, que esperan el momento más oportuno para poner su pica en Flandes. La formula es sencilla, ampararse bien en la inocencia del interlocutor o bien en una breve presunción para el golpe certero. Un experto en premio convierte en imperativo y personal la acción, con el uso de verbos como comer o trincar, al que incluso se le puede añadir un prefijo enfático para dotar de más fuerza al escarnio: "atríncame". El experto puede estar en estado letárgico, pero, no debéis confiaros, su radar detector de terminaciones premiables permanece alerta y se disparará al oír cualquier palabra acabada en "olla", "ote", "ano", "abo", "ino"... Incluso, si es un auténtico creador, estará pendiente de alguna nueva forma tipo "uco" o "ato".
Hay auténticos adictos al premio que han sufrido las consecuencias de no poder corregir su fiebre apremiante, hasta el punto de haber perdido trabajos por haberla puesto de manifiesto ante los directivos de la empresa. En estos casos se recomienda un tratamiento de choque basado en la recitación de la fórmula del doctor Rufino de Moya a través de unos versos, que paso a exponer aquí.

"Tentaciones"

Regalo envenenado,caballo de Troya
escondido en la piel del gran equino,
convierte en logomaquia gran desatino
y las palabras camuflan su farfolla

Puya de rima sin grandes pretensiones,
victoria del versador, golpe sin mano,
vulgar para los que ponen objeciones
que en el escarnio ven talento enano

En el premio dos y dos siempre son cinco,
es aritmética torcida al fin y al cabo,
que sin desmayo en él ponen su ahinco.

No te dejes llevar por un fácil bravo
resiste los acicates con disimulo
que hacen que del toro sólo veas rabo.

Así se cierra con estrambote
estos versos de aspecto fino
para indicar cuál es camino
y que esta práctica no rebrote.

4 comentarios:

  1. Rebrote, rebrote, rebrote... ¡ay, que me sale el verde!... El rebrote verde, que diría el gobierno, claro...

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  2. Que grande que es el léxico españó miarma, que grande...

    Para todos menos pa mi amigo Ceferino Montoya Bravo, que lo está pasando de malamente...

    ¡Un saludasso!

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  3. Jajajajaja, muy divertida su entrada. Algunos amigos míos son verdaderos expertos en dar premios y qué cierto es que están al acecho aunque creas que tienen la mente en otra parte.

    Un saludo.

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  4. fue Juan Miguel Vega quien escribió la mejor definición de la procesión del Corpus que he leído, era algo así como:
    un desfile de tíos con vara que viene a ser el...
    álbum Maga de nuestra Semana Santa

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