viernes, 5 de junio de 2009
Veinte años
Veinte años, cientos de vidas. Que no resuene la cancioncilla para conmemorar el aniversario de la ¿nuestra? No, no van por ahí los tiros. Pero sí va de tiros. Imágenes que se convierten en símbolos, que son capaces de conjugar todos los tiempos verbales de una infamia. Ahí se ve, detenido, desafiante, ante la maquinaria de hierro que se aproxima. Perfecta representación de la fuerza del estado que aplasta al individuo. El gigante y la hormiga que se niega a seguir formando parte de una colonia obediente. Una plaza inmensa, desasosegante, con esa grisura que expone la voluntad del tirano, partido único que se juega con las cartas marcadas, fue la elegida para la protesta, para el grito que expresa la necesidad de respiro. Soy aunque no me lo permitáis. Un rostro impertérrito, inmutable, agitó su mano inmensa para sacudirse la molestia. Hubo indignación, pero pesó más la indignidad. Mercadeo infame que acalló bocas. El gigante era un voraz productor de mercancias y consumo, quién se iba a preocupar de unas hormigas menos, cuando, si se reproducían, podrían acabar siendo termitas que devoraran el entramado. Así, se fue vistiendo de seda el fantoche simiesco, que lo importante era participar del enorme pastel, prender la antorcha para incinerar las voces que protestaban. Al final todo es estadística y proporción que minimiza la respuesta, que de eso trata la economía: rendimiento por recursos; y no se va a detener el tanque del progreso por unos cientos de idealistas. Al fin y al cabo la paradoja capitalista es capaz de reciclar en daños colaterales una masacre comunista. Quizás la historia es un cuento chino y los ciudadanos somos baratijas de todo a cien.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
En China, la actitud de ese hombre debió de ser desconcertante, no sólo porque desafió a la tiranía, sino porque allí, según leo y me dicen, no se entiende bien el individualismo o al menos no como aquí en Occidente, donde estamos acostumbrados a espontáneos que hacen de todo en cualquier sitio. Un abrazo.
ResponderEliminarImpresiona, fue noticia del telediario.
ResponderEliminarAún comprueban el peso de sus huevos, eran enormes.