miércoles, 31 de agosto de 2011

Cartelitos


Ciudad y provincia de carteles, cartelones y cartelitos. Una imagen vale más...

lunes, 15 de agosto de 2011

Imbéciles 2


Un agosto sorprendente. Lejos de la ausencia de noticias que acostumbran estas fechas, en las que se recurre a los ciento y un reportajes realizados por becarios voluntariosos y efímeros, se nos presenta cargado de actualidad. Por un lado, las finanzas fluctuando entre el infarto y la congestión; por otro, una visita evangelizadora cargada de sonrisas beatíficas y juveniles, con ese aire a música pop parroquial que desprende un aroma narcotizador. Además, otra juventud, mucho menos recomendable, toma las calles inglesas para alunizar sin la naranja mecánica. Por supuesto, el enésimo duelo del siglo entre las dos constelaciones alrededor de las cuales deben orbitar nuestras vidas.

Pero, hace un par de días surgió una de esas noticias que devuelve todo el escepticismo que uno pueda almacenar sobre la especie humana. País de rancias tradiciones donde habita la sana costumbre de la diversión y espectáculo, al que se llega en tantas ocasiones a través del dolor animal. Ahora, que agosto ha doblado su curso, nuestra simpar España se llenó de fiestas de todo tipo, en las que se despliega la asombrosa imaginación patria para el jolgorio. Entre ellas, por supuesto, destaca la de esos entrañables encierros, suelta de bravos toros por plazas para que la alegre juventud y los más lanzados demuestren su valor ante las mozas del lugar. Todo aderezado con la notable ingesta de los caldos nativos, que otorgan mayor desinhibición para enfrentarse a los astados. Antes de ayer, todos los noticiarios abrían con las imágenes de una muerte casi en directo, la de un joven pero sobradamente bebido que se convirtió en la nueva muesca del currículum mortis de "Ratón", el muy demandado toro convertido en rey de estos festejos. En la cartelería que le precede se le presenta como una estrella, capaz de hacer más atractiva la ceremonia cruenta, lista para la descarga de adrenalina que aporta el enfrentarse cara a cara con la muerte, lo que, por supuesto, dispara su caché. De esta forma, la España castiza sigue siendo reconocible. Valor y al toro que, aunque posea nombre de roedor, es la más temible bestia a la que se puede enfrentar un animal, dicho con toda la ausencia de respeto por aquellos que eligen una práctica tan gratuitamente dolorosa de diversión.
Si quieren conocer algo más de la historia de Ratón, "el toro más famoso de todos los tiempos", sólo tienen que mover el suyo y pinchar en lo que sigue. Pasen y lean:
www.gregoriodejesus.com/web/raton.php


País...

miércoles, 10 de agosto de 2011

Imbéciles 1



Paseo por las calles de mi ciudad mientras escucho la radio. Vicio del que no logro despegarme. Los analistas van desmigando la actualidad, aunque siempre preside la palabra crisis. De repente, uno de esos voceros, amante de rancias tradiciones, que pasea sus conocimientos infinitos por las ondas más redondas durante la mañana, comenta una noticia, una de esas estupideces que sirven para rellenar minutos de la basura antes de la desconexión publicitaria. Algo así como que Marruecos propone crear una comisión mixta para repartir los beneficios que generan las visitas a la Alhambra entre Marruecos y España. Descaro diplomático y facineroso. Pero no es de ese disparate del que pretendo hablar. Una vez leída la estulticia, el famoso locutor de las mañanas ha reído y ha pronunciado la siguiente frase, acogida con sonrisas de superioridad por la cohorte de analistas pelotas del vocero: "Pero si Marruecos ni tan siquiera existía cuando se construyó la Alhambra".

NI ESPAÑA TAMPOCO, IMBÉCIL.

De vez en cuando un blog puede ser un magnífico lugar para desahogar la rabia que produce el calor, que ya asoma a media mañana, y algunas sandeces que se escuchan mientras se pasea.

martes, 9 de agosto de 2011

London calling

Fuego en las calles, noches de cristales rotos. ¿De dónde salen esas hordas que queman, golpean y destruyen? La flemática Inglaterra ya no toma el té de las cinco, sino que tiembla asaeteada por epilépticos ahogados en Red Bull. Una fuerza devastadora irrumpe en la tienda de electrónica y arrambla con portátiles y plasmas. El furor organizado por las redes sociales una vez más, proclaman quienes se enredan con los teclados, interrogándose sobre quién maneja los hilos; pero en esta ocasión la conexión es inalámbrica. El apocalipsis va a llegarrrr, balbuceaban los arrabales ebrios desde la city. Sesudos analistas buscan una explicación que le dé forma al caos. Estallido social para cambiar el ipod y la blackberry. La humanidad siempre tentada por un apple que nos traslada al paraíso artificial, donde la mayor expulsión sería quedarte sin saldo o cobertura. ¿Estallan en pedazos los escaparates de las librerías? Emoticonos furiosos que fomentan la ira, que la crisis no puede reciclar, porque los contenedores están llenos y el servicio de recogida bajo mínimos. Con una mano tecleando y con el mazo destrozando. Hooligans de trofeo de estío, que pugnan por hacerse con la mejor cabellera, aunque las crestas punkies sean anacronismo de souvenir. El magnetismo del hastío de las rebajas sociales y educativas que atrae a los polos industriales. Si la única pedagogía que aumenta el presupuesto es la del consumo, consumemos el pillaje, que no podemos quedarnos rezagados para septiembre. God save de Queen; ella sí que sabe. Mi reino por salir en youtube. El movimiento se demuestra quemando. A cientos de millas, un adolescente que huyó desde Somalia, contempla las imágenes del primer mundo en un polvoriento televisor de un campamento de refugiados y murmura: Vaya, ya no somos trending topic en Twitter.

jueves, 4 de agosto de 2011

Paseos


O nos fustigamos con las trompetas del apocalipsis de la realidad noticiada o nos alienamos con un desfile de imbéciles que procesionan por el caos catódico, donde impera lo cutre, zafio y obsceno. Puede haber salvación sin necesidad de rescate financiero facineroso, sin embarcarnos en el crucero mágico que atraca, en toda la dimensión de la palabra, en ningún puerto. Más barato, más sencillo. ¿Por qué no abandonarse llevado por las calles que zigzaguean por un camino de belleza serena? Está ahí, justo delante de ti. Solamente te exige una mirada despojada de cinismo, caminar por la sombra que aún se impone por la mañana temprano, huir del trasiego acelerado del consumo de rebajas, trazar un itinerario que te conduzca sin propósito: una revuelta, un descubrimiento; un rodeo, un atajo para el reencuentro. Evita las calles muy transitadas. Por supuesto, huye de la cacofonía del claxon que recupera su imperio. Encuentra, sin propósito de búsqueda, rincones que todavía te sorprenden con un detalle nuevo, sólo con enfocar desde un ángulo diferente: un trozo de muro, un azulejo, un balcón que no habías descubierto, aquel tejaroz que venció a la reforma de las líneas puras. Utiliza tu photoshop interno para eliminar la adherencia antiestética: el nuevo edificio que corroyó la manzana; aquel metal oxidado que envenena una esquina. De vez en cuando, mira el pavimento, que por desgracia debes sortear toda el espectro del marrón que salpica las calles. Pero evitemos el fatalismo de la suela embadurnada, quizás hasta pueda parecer un entrañable localismo. Peaje necesario para trasladarnos al olor auténtico del tipismo rancio. Cuando los ecos de alarma que se alimenta del miedo más parecen hundirnos, mantén la mirada en alto y recrea un paisaje que no necesita de entidades crediticias para seguir prestándote un momento de emoción, sosiego y belleza.

martes, 2 de agosto de 2011

Voracidad


Una boca gigantesca que todo lo engulle; que de tragar sabe lo suyo. Mientras, los informativos en la sobremesa nos ofrecen imágenes que creíamos olvidadas, porque lo que no se emite no existe y aquí, durante mucho tiempo, solo existía la perenne. ¿Me entiendes? Pero esas son demasiadas almas que alimentar y, por mucho que nos hagan torcer la mirada, dejando en suspenso la cuchara, cuando se nos ofrece un cuadro de barrigas hinchadas y ojos desesperados, la única boca que sigue masticando es la que deglute países, insaciable, en un pantagruélico festín que no parará, aunque quien alimenta al monstruo pensaba que este iba a quedar ahíto. Qué va: la rueda no se detiene. Que al monstruo no le importa el cierre del Bulli, si sigue abierto Mc Donalds.
Como una letanía tétrica se desgrana cada mañana la salmodia del lenguaje oscuro, sólo para iniciados, que pregonan la inevitabilidad de la imbecilidad. Como en un sacrificio colectivo nos ofrecemos todos, óbolos, para entregarnos a ti. La recaudación la recogen beatos entregados a tu causa, tipos de cartera y corbata, que leen las entrañas aún humeantes. ¿Y si los hermeneutas malinterpretaron tus señales? ¿Y si Cronos no se aplaca con devorar a sus hijos? Aplaza nuestra deuda, Señor, perdónanos, Mercado, perdónanos. Al menos cuando eras Mercurio te esculpía Praxíteles; hoy, pareces un cuadro naïf, aunque sobradamente cruel, pintado por la Chunga.
Ay, quién maneja mi banca, quién, que a la deriva me lleva, quién. La atracción del abismo, el magnetismo del precipicio, que nos lleva a poner todo nuestro empeño en despeñarnos. Fichas que arrastran unas a otras hasta que quede la banca doble y la triple A. Dominó de beneficios ficticios de especuladores sin oficio. Camarero, traiga el cubo, que este rescate me ha salido algo indigesto. Son eslabones de una cadena sin fin, para tirar de ella y hacer desaparecer tanta mierda, que no se puede aprovechar como abono, porque no fertiliza.

Diferenciales, agencias de calificación crediticia, primas de riesgos, rating... Como un banco más, leemos, escuchamos, ponemos cara de circunstancias... y no damos crédito.