jueves, 26 de noviembre de 2009

Jacobino


Ya hizo público el cartel, la definición de las fiestas hecha arte, la expresión en trazos de unos sentimientos. ¡Olé! Un guiño a la contemporanidad desde una efigie aristocrática. La duquesa del pueblo, la amiga de los gitanos, la grandeza de España, la recordwoman de los títulos -y mira que nos gusta un título- "La duquesa que era amada por las instituciones, menos por los del de la cachimba, pero ésos, ya se sabe.., nunca están de acuerdo con nada". Fecha de producción (2009). Lástima que ya no exista Cifesa, ¿o sí? Que aquí cuando se trata de lo que importa, mantenemos nuestras rancias servidumbres. Un cartel que tiene tela del telón, ¿de acero? o de hormigón armado. Arriba farias de la tierra, en pie modélica gestión. Primero la exposición: albricias que el pueblo disfrute del óbolo ducal. Después el monumento: una nueva aportación mundial a la estatuaria pública que nos priva del verdadero arte; a continuación el cartel. Menos mal que, por razones obvias, no podrá dar el pregón. Que Machados no tienen un monumento, no importa; que Cernuda habita en el olvido, con motivos; pero la Duquesa está triste, que no es feliz la duquesa. Pues hagámosle un homenaje a tres (exposición, monumento y cartel). Biblioteca Infanta Elena, Glorieta de Cayetana... Aunque uno pretende de natural ser moderado, hay días en las que el espíritu jacobino le recorre como un hormigueo juvenil. Dejemos lo jacobino para la tapa rancia, que los gourmets convierten en cordon bleu. Y eso suena, dónde va a parar, más aristocrático.

Nota: tomo prestado el cartel de mi buen amigo Rascaviejas y su simpar almanaque.