"Harto ya de estar harto, ya me cansé", cantaba Serrat, y esa letra parecía inspirar al ciudadano vasco que decidió tomarse la justicia por su mano y lanzarse al destrozo de la horribletaberna o cómo se llame, donde las hienas se toman el pincho en su club excluyente, en el que está reservado el derecho de extorsión. No es defender la justicia por la mano; pero, habrá que admitir que en alguna ocasión la presión salga por donde pueda y que la indignación ante los indignos y la furia contra el silencio cómplice tome la forma de Júpiter Tonante, que reacciona ante la cotidianidad de la infamia y, convertido en Hulk, con una maza golpee simbólicamente a quienes han hecho de la amenaza el statu quo donde campan a sus anchas. Rabia y dolor con luz y taquígrafos. Un hombre sólo que intenta enfrentarse a la conspiración de silencio, que evita volver la cabeza o hablar escondido. Para muchos, un héroe, para otros, centro de la diana de la venganza furtiva y cobarde. Triste la normalidad que contempla cómo se tiene que ir de su pueblo quien ha respondido a la agresión con rabia justificada. ¿Podrá votar el domingo?
¿Podrá volver a mirar a la cara a todos los que no han estado con él? Desde la lejanía es fácil hablar, ya lo sabemos, pero no quita eso que el dato de la soledad en la que se ha visto, la falta de apoyo, sea un dato espeluznante. ¿Qué habría hecho yo?
ResponderEliminarEn fin, creo que se llaman esos lugares borrikotabernas...me parece.
Abrazos.
Siempre me ha seducido la ira de los justos.
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